Los sistemas para reparar las paredes afectadas por el ascenso de humedad desde los cimientos.

  • Fallas en la capa aisladora
  • El síntoma degradación de la mampostería, zócalos de madera y pintura.
  • El diagnóstico absorción de humedad por los poros y los capilares de los muros.
  • Los edificios antiguos padecen la degradación de la mampostería, los revoques, los zócalos de madera y las películas de pintura. Además, les aparecen eflorescencias alcalinas (salitre), hongos y los inunda el olor a humedad. La consecuencia de estos problemas son el debilitamiento de la resistencia estructural y la corrosión de las armaduras de hierro.
    La falta de la capa aisladora de los muros permite que absorban humedad del subsuelo por los poros capilares. Así se produce el arrastre y cristalización de sales alcalinas del agua o el sustrato. Los edificios antiguos carecen de un aislamiento de la base por falta de tecnología en el momento de su construcción. Desde el subsuelo el agua ingresa a los muros por absorción, capilaridad y por electro osmosis (que es el movimiento de un liquido por influencia de un campo electrónico)
    Existen varios sistemas para paliar esta patología:

    • Tradicional: consiste en rehacer la capa aisladora con un corte en el muro y la colocación de un material hidrófugo. Es un sistema destructivo y debe respetar la capacidad portante de la pared. en general, no es adecuado en vigas, columnas y encadenados.
    • Impregnación: se basa en la mineralización de la superficie mediante líquidos impermeabilizantes alcalinos, que reaccionan con los componentes del muro obturando los capilares. Así se consigue consolidar los soportes poco consistentes o degradados, mejorando su resistencia mecánica. Se debe perforar el muro, inyectando luego el compuesto químico hasta la saturación. (el agua tiene sales que al cristalizarse degradan la mampostería) el sistema requiere de un estricto control de la saturación y, muchas veces, es necesario perforar ambos lados de la pared. Su resultado es muy cuestionado cuando el asiento de la mampostería es de materiales poco consistentes, como ser polvo de ladrillo, adobe o tierra, muy comunes en los edificios  antiguos. Además, para un buen resultado se aconseja la eliminación del revoque para mejorar la evaporación del agua, un procedimiento que es restrictivo cuando se trata de edificios de valor patrimonial.
    • Campo eléctrico: el fenómeno de la electro osmosis hace que el agua fluya dentro de un muro poroso desde el polo positivo hacia al negativo cuando esta se encuentre saturada de sales disueltas, comportándose de manera análoga a la de una pila. La diferencia de potencial eléctrico entre el suelo y las paredes induce al agua a ascender dentro del muro.
      Se desarrollaron varios sistemas que logran invertir la polaridad entre el muro y el suelo mediante impulsos eléctricos de muy baja intensidad y frecuencia, que provocan la ionización del agua y su descenso. Uno de los más estandarizados, y con resultados ampliamente comprobados, consiste
      en un dispositivo electrónico que transforma la corriente alterna en continua.
      El dispositivo emite pequeños impulsos de décimas de segundo, que son enviados a electrodos insertados en la pared, generando el cambio de polaridad y el descenso lento pero continuo de la humedad. Este sistema no requiere de una intervención importante en los muros, se lo considera de baja destructividad y eficiente. En este caso no influyen el espesor de la pared si su composición. Pueden ser utilizados tanto para humedades ascendentes como en los muros bajo tierra (sótanos).
  • En todos los ejemplos descriptos, el secado de la pared requiere tiempo. No se aconseja pintar con productos convencionales, ya que por lo general limitan el proceso de secado e impiden la evaporación del agua. Y la pintura puede ser atacada por el agua o la alcalinidad del sustrato. En estos casos, se recomienda aplicar productos formulados con resinas acrílicas al solvente porque permiten que la humedad atraviese la película.

Químico industrial: Julio García Krieger
Artículo Publicado en Clarín – Diario de Arquitectura / 19.07.2005